sábado, 12 de enero de 2013

Disfraces


LOS DISFRACES

Jugar a disfrazarse es algo muy necesario en la vida del pequeño, ya que contribuye a su desarrollo. Cuando el niño se viste de un personaje y se imagina una historia con ese disfraz, está dando rienda suelta a su fantasía, a su espontaneidad y a su creatividad.

“En esta etapa, hasta los seis años, en el mundo del niño reina la imaginación: se inventa compañeros de juego invisibles y disfruta creando personajes y situaciones. Se trata de una edad mágica, en la que el mundo real y el mundo imaginario todavía no están claramente diferenciados”, explica Elena Gállegos, psicóloga infantil.

La fantasía es natural y saludable para el equilibrio emocional del pequeño. Eso sí, “siempre que no se pase todo el tiempo en ese universo fantasioso y que no lo viva de manera tan intensa que pierda por completo el sentido de la realidad”, advierte la especialista.

Además de divertido, disfrazarse es un método estupendo para que los niños expresen sus sentimientos

También es la manera más fácil de enseñar a los niños a ponerse en el lugar de los demás, lo que les ayuda a tener más empatía y a integrarse mucho mejor en el mundo que les rodea.
Así de bien nos lo pasamos el pasado viernes en clase de 3º A de Educación Infantil.
 
 

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